La ética en el contexto de la salud pública, conlleva la búsqueda del equilibrio para superar las tensiones entre lo individual y lo social. La salud pública, por su esencia, va más allá del individuo y no puede referirse a éste sin el entorno que lo rodea, bien sea familiar o comunitario.
La ética de la salud pública trasciende la ética clínica, para considerar las condiciones estructurales y sociales que definen las comunidades. Analizar los escenarios sobre los que se proponen medidas para mejorar la salud de las poblaciones implica hacerlo bajo el marco de las desigualdades en salud y el acceso a la atención de programas y servicios.